Archipiélago de Cabrera
Hace 8 millones de años, el estrecho de Gibraltar se abrió inundando el terreno, dando lugar a las islas baleares. Estas islas que destacan por sus aguas azules y sus formaciones rocosas, es el hábitat de infinidad de reptiles y aves.
Bajo el mar el 84 % del espacio está protegido, y a su alrededor el paisaje es escarpado, con acantilados, cuevas y laderas cubiertas de matorrales, sus costas son tranquilas e inaccesibles.
Este parque natural declarado como tal en 1991, sufre escasez de precipitaciones, por lo que su vegetación totalmente adaptada, consta principalmente de arbustos y hojas duras, denominada Garriga, compuesta de especies como el brezo o el pino marítimo.
Este terreno forma parte de las islas continentales que un día estuvieron unidas, aproximadamente el 21% de la biodiversidad de estas islas se encuentra en Cabrera.

El 85% del parque es marino, conteniendo una gran biodiversidad; destaca la cala de Santa María, por ser la principal reserva marina, que tiene el record mediterráneo por biodiversidad de peces, en la que se han contado unas 214 especies.
Estas aguas son pobres en nutrientes, pero ricas en vida, cuenta con diversas especies de moluscos y crustáceos, con rasgos tropicales. También se encuentran en ellas arrecifes, anémonas, cuevas, corales...
Además de contar con depredadores como los congrios, existen también especies como el espetón, pulpos, sepias, e incluso tortugas marinas, a las que se intentan ayudar en el centro de recuperación de Mayorca, con el que este parque colabora.
La situación en el parque ha mejorado, por lo que las especies han aumentado su número.
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